Por: Guillermo Cruz
La indiferencia del mexicano hacia nuestro nivel educativo es lo que le ha permitido al gobierno engañarnos y estafarnos por tanto tiempo.
La indiferencia del mexicano hacia nuestro nivel educativo es lo que le ha permitido al gobierno engañarnos y estafarnos por tanto tiempo.
México no ha sabido apreciar la importancia de la educación
para su desarrollo. Ni el gobierno ni el
pueblo mexicano hemos podido entender que la educación es la mejor herramienta
que podemos utilizar para lograr el desarrollo económico e industrial.
Actualmente vivimos en una era donde el conocimiento y el desarrollo de nuevas
tecnologías son la base para conseguir la prosperidad en un país. Es por esto
que como mexicanos deberíamos comprometernos con la educación, exigirla y
fomentarla. Este tema es de suma
importancia y jamás debería de pasar a segundo plano para nosotros, el
problema del mexicano es que creemos que no es necesaria, nos olvidamos que no
existe desarrollo sin educación. La
indiferencia del mexicano hacia nuestro nivel educativo es lo que le ha
permitido al gobierno engañarnos y estafarnos por tanto tiempo, dándonos
una educación pública de mala calidad y poco accesible, es imperdonable el
hecho de que cada año más y más niños deban dejar los estudios por falta de
acceso a ellos.
El gasto de México por estudiante es uno de los más bajos
dentro de los países participantes de la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económico (OCDE). Esto se ve reflejado en la prueba PISA, que en el
2012, a pesar de que México incrementó su puntuación en los resultados de los
exámenes, se reveló que si se mantiene esta tasa de mejora, a México le tomará más de 25 años alcanzar
los niveles promedio de matemáticas y más de 65 años en lectura. Una vez
más los mexicanos nos encontramos rezagados a nivel internacional, pues nos es
imposible competir con países que han sabido poner como prioridad la educación
y esto a su vez les ha brindado las herramientas necesarias para crecer.
Ahora bien, lo que México necesita es una mejora en su
educación, y para esto necesitamos una mejor canalización de los recursos por
parte del gobierno y crear las reformas educativas necesarias para permitir el
acceso de educación de calidad y gratuita a todo joven y niño mexicano sin
importar su clase social o género; pues no
podemos olvidar que la educación es un derecho que se encuentra en las
garantías individuales en nuestra constitución.
El gobierno mexicano nos ha fallado de nuevo al no darnos
educación de calidad y accesible para toda la población, pero el pueblo
mexicano ha fallado aún más al no saber exigir y valorar el tesoro tan preciado
que es la educación. Es nuestro deber como ciudadanos exigirle al gobierno
resultados, los padres de familia deben involucrarse más en la educación de sus
hijos y reportar cualquier anomalía existente en el plantel donde estudien. Ha
sido esta indiferencia por parte de nosotros lo que ha permitido que uno de los
más grandes fraudes cometidos en contra del pueblo mexicano siga impune.
Las irregularidades que se comenzaron a notar en el presupuesto
educativo, llevaron al gobierno a la realización de un censo. La incógnita
planteada por algunos ciudadanos era simple: ¿Con cuántos maestros cuenta el sistema educativo mexicano y cuántas
nóminas son pagadas? La información revelada al finalizar el censo es una
vergüenza para el país. Existen 39,222
personas asignadas a una escuela que cobran sueldo pero que nadie en el plantel
las conoce, estas personas son popularmente llamadas “aviadores”, hay
30,695 personas que reciben sueldo de maestros pero verdaderamente trabajan
para la SNT o CNTE; otro gran número de personas cobran en una escuela y
trabajan en otra y por último existen personas que cobran el sueldo de maestro
a nombre de personas ya jubiladas, retiradas o inclusive que ya fallecieron. Es decir según esta información 298,174
personas reciben sueldo de maestros sin siquiera laboral en alguna escuela, 35
mil millones de pesos son perdidos al año en el fondo para la educación por
esta gran estafa. Este dinero pudo ser la diferencia entre la educación de
miles de niños, la construcción de cientos de escuelas y la pobreza educativa
que seguimos sufriendo. Esto solo nos demuestra que en México contamos con el
dinero para realizar obras que mejoren la educación, sin embargo no tenemos los
mecanismos para lograrlo, pues la corrupción no nos permite tener un avance.
No dejemos que quede impune este fraude,
luchemos por nuestros niños y jóvenes para que puedan acceder a la educación. Nuestra mejor
herramienta es el conocimiento, tener conciencia de lo que sucede en nuestro
país nos dará el poder que necesitamos para el cambio. Que esta noticia no
quede enterrada entre las distracciones creadas por el gobierno y medios de
comunicación. Mexicanas y mexicanos
despertemos de este entumecimiento en el que hemos vivido tantos años,
pasemos la voz sobre este fraude, y mantengámonos informados y exigentes con
las autoridades, si dejamos que se olvide el gobierno lo olvidará también, y la
impunidad seguirá. No nos dejemos engañar por nuestros políticos que solo
han buscado su beneficio, con esta nueva conciencia debemos convertirnos en
vigilantes de nuestra nación y así exigir que todos los recursos con los que
cuenta el gobierno en el fondo educativo sean exclusivamente utilizados para la
mejora de la educación, y que no se vuelvan a perder millones de pesos en
fraudes y proyectos de mala calidad. De ahora en adelante el mexicano se debe
convertir en su mejor crítico y defensor de sus derechos. La educación en México no mejora, ni
mejorará al menos que el pueblo mexicano comience a exigir la educación como el
derecho que es y no como un privilegio exclusivo para las personas con
recursos.